Espacio abierto en la planta baja
Cerca de la costa belga, no lejos de la frontera francesa, se encuentra este único paraíso familiar que se distingue por su distintiva estructura de construcción y elección de materiales. Se eligió un entorno similar a las dunas como ubicación, donde la villa parece inicialmente aislada y abandonada. Sin embargo, los numerosos árboles y arbustos crean un entorno familiar y armonizan con la naturaleza.
El desafío particular para el arquitecto fue crear un espacio habitable accesible a pesar de la importante pendiente. Existe una diferencia de altura de aproximadamente dos metros entre el frente y la parte trasera del edificio. De esta dificultad surgió una obra maestra estética. El área de estar flotante con una amplia terraza en el lado sur resalta la singularidad de la propiedad y transmite la exclusividad y sofisticación del concepto general. Gracias a un sótano, la Villa Glasscube se mantiene en equilibrio.
- Formas minimalistas
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Los bordes del bungalow fueron prefabricados, mientras que el hormigón líquido se vertió en el lugar. Esto dio lugar a una estructura con una fuerza abstracta que irradia calidez y comodidad. La puerta principal y el garaje, fabricados con madera sostenible, decoran una parte de la fachada en el lado norte. El techo de hormigón vertido proporciona privacidad y le da al edificio una imagen elegante en su conjunto.
- Casa llena de superficies de vidrio
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El lado norte y el lado sur de la propiedad fueron diseñados como fachadas completamente acristaladas que se extienden a lo largo de todo el edificio. Las delicadas ventanas y puertas correderas de diseño minimal windows® crean un maravilloso contraste con la estructura original de hormigón. Los amplios ventanales permiten una vista magnífica y sin obstáculos del paisaje de dunas, iluminando los espacios con una agradable luz brillante. Otorgan a la propiedad un diseño extremadamente exclusivo que irradia elegancia y fascinación.